Los trastornos alimenticios son, desgraciadamente, un padecimiento muy común actualmente. Si bien uno de los más conocidos es la anorexia, hay muchísimos tipos de trastornos que afectan a gran cantidad de jóvenes. El padecimiento es silencioso porque puede dar vergüenza admitirlo, culpa o inclusive puede considerarse algo pasajero. Sin embargo, se debe de tener en cuenta que estos son tratables y curables siempre y cuando estén de la mano de la ayuda psicológica. Si tú eres una de las personas que vive con un trastorno de la conducta alimenticia, ¡No te preocupes! Con este artículo una psicóloga te ayudará a dar los primeros pasos a su recuperación.
1.- Existen varios trastornos alimenticios
Cuando se dice que una persona vive con un trastorno de conducta alimentaria cuando sus conductas relacionadas con los alimentos y su consumo son negativos. Los trastornos más comunes a nivel mundial son:
- Anorexia nerviosa: Las personas anoréxicas son aquellas que restringen gravemente su consumo de alimentos, lo que se refleja en una baja de peso muy drástica. Otra característica es que hay una distorsión en la imagen corporal, lo que significa que una persona se percibe con más kilos de los que tienen en la realidad.
- Bulimia: Este trastorno se caracteriza debido a que la persona sufre de episodios donde come todo lo que haya en su refrigerador y después se provocan el vómito o se purgan con ayuda de laxantes.
- Trastorno alimentario compulsivo o por atracón: La característica principal de este trastorno es que el paciente no consume alimentos en cantidades moderadas. Es decir, la persona ingiere cantidades muy grandes en poco tiempo sin poder controlarse.
2.- Si es posible tratar un trastorno alimenticio
Este tipo de padecimientos deben de ser tratados directamente con un psicólogo. Ellos son los profesionales que tienen la formación necesaria para dar tratamiento a las personas que tienen una relación negativa con la comida. Además, se deberá de contar con un equipo multidisciplinario que pueda medir hasta que nivel punto el cuerpo se ha visto afectado por el trastorno que el paciente haya sufrido.
3.- Todo empieza con la relación que tenemos con la comida
Si usted padece uno o sospecha que algún ser querido puede tenerlo, debe de estar al pendiente de cómo se comporta esa persona ante la comida. Es de vital importancia prevenir actitudes negativas hacia la comida. Acciones como no querer comer acompañado, ejercitarse por muchas horas al día, provocarse el vómito, o incluso expresar constantemente descontento por su peso; son señales de alerta. Estos son indicios que pueden derivar en un trastorno de conducta alimentaria y, si son tratados en sus primeras etapas, se le puede ahorrar muchos problemas al paciente.
4.- La ayuda psicológica es vital para curar un trastorno alimenticio
El primer paso para la recuperación es que el paciente sea consciente de que tiene un problema y que no está solo. Esto le permitirá ser más receptivo durante el tratamiento y no solo buscar un alto al trastorno, sino sentirse motivado a cambiar su relación con la comida. Los psicólogos son los profesionales de la salud encargados de ayudar a las personas con anorexia, bulimia u otros trastornos. Ellos podrán escuchar al paciente y ayudarlo a mejorar el manejo de sus emociones, frustraciones y conductas relacionadas con su alimentación.
En los trastornos de la conducta alimentaria la persona puede sentirse atrapada en un círculo vicioso y muchas veces aunque quiera abandonar este tipo de conductas, el conflicto emocional no le permite ver otras alternativas, por lo que es importante consultar con un especialista que le ayude a manejar tanto las conductas como el conflicto interno de una manera más efectiva.
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